La producción de alimentos ecológicos, implica que además de efectuar los controles sanitarios y de calidad indicados por ley, el productor se marca como objetivo priorizar la calidad y autenticidad. Renunciando al uso de transgénicos, y comprometiéndose a que tanto la alimentación como el tratamiento de cualquier afectación se haga mediante los tratamientos lo más naturales posible.
Siguiendo los requisitos de la producción ecológica, en las instalaciones de EL CARACOL DEL BIERZO respetamos con todo detalle las siguientes premisas;
En caso de caracoles para la renovación de los rebaños, siempre que sea posible deben proceder de otras explotaciones ecológicas. De no ser posible, los nuevos ejemplares deben permanecer por lo menos 4 meses en período de conversión (y no superar el 20% del total del rebaño).
Los caracoles deben haber nacido en la explotación.
Siempre y cuando las condiciones climáticas lo permitan, la producción se debe realizar al aire libre.
La alimentación debe basarse en productos naturales, y pienso ecológico.
Los tratamientos de desinsectación, desparasitación y otros, deben efectuarse siguiendo unos estrictos protocolos que prohíben el uso de prácticamente todo tipo de productos químicos.
Tampoco utilizamos productos químicos para la limpieza de las instalaciones o utensilios de producción.
El número máximo de ejemplares por m2 son 350.
A estos requisitos, hay que añadir un largo etcétera (desde las condiciones de hibernación, hasta el procedimiento adecuado para el sacrificio), que hacen que la cría del caracol en condiciones ecológicas resulte bastante más compleja que la de los caracoles de granja tradicionales.
La calidad de los caracoles alimentados ecológicamente, es tan superior que vale la felicidad. Tanto porque los caracoles resultan ser mucho más sabrosos, como porque al no tener productos químicos en el organismo, al mismo tiempo son más sanos para quien vaya a consumirlos.