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jueves, 27 de noviembre de 2014

HELICICULTURA





¿Qué es la helicicultura?

La palabra helicicultura está formada por los vocablos “helix” y “cultivare” y se usa para referirse al arte de criar caracoles. 


Pueden considerarse helicicultores tanto los que crían caracoles con objetivos comerciales como los que lo hacen por afición. 

En ambos casos estudian las necesidades de estos animales para recrear un hábitat adecuado que facilite su reproducción y el posterior crecimiento de las crías.

Se encuentran referencias a los caracoles a lo largo de toda la historia de la humanidad. 




Tradiciones y culturas de todo el planeta han tenido alguna relación con ellos.

Los hombres prehistóricos ya se alimentaban con caracoles, aunque fueron los romanos los primeros que se sabe habilitaron espacios específicos para la cría. 

Avanzaron tanto que llegaron a criar no sólo especies nativas, si no también de otros lugares del norte de África. 

En lo que hoy es Italia los caracoles se asaban y acompañan con vino como aperitivo, mientras que en la Galia romana se consumían con frutas y quesos.

Durante la Edad Media, los caracoles siguieron consumiéndose sobre todo en cuaresma ante los requerimientos cristianos de no comer carne. 

Bolsa de 1 Kg

En estos tiempos los caracoles se hervían o freían con aceite y cebolla. Pero poco a poco se fue perdiendo la costumbre de consumo hasta que a principios del siglo XX se reactivó el interés culinario y alimenticio del caracol.

En la actualidad se crían de forma intensiva multitud de especies de caracoles, aunque la mayoría explotan los Helix aspersa -caracoles comunes de jardín- dado que es la especie más adaptable, robusta y extendida. 


Hay granjas situadas en todo el mundo, además de aficionados que mantienen como mascota las especies más peculiares de caracoles.

Es importante reseñar que en algunos países la helicicultura está restringida por considerarse el caracol una especie invasora, capaz de acabar con cultivos y otras especies si no es correctamente controlada.
La helicicultura es la cría a ciclo biológico completo de caracoles comestibles terrestres, en criaderos abiertos naturales o cerrados. 

En nuestro país el desarrollo de la actividad es incipiente y es poca la información que se puede obtener ya que casi no se conocen criaderos de tipo industrial, salvo algunos casos aislados.

Se calcula que el consumo mundial actual de caracoles comestibles terrestres sobrepasa las 300 mil toneladas y, según algunos estudios, se estima que en los próximos veinte años esa demanda se multiplicará por cinco, es decir que pasará a ser de 1.500.000 toneladas. 


La cifra no es nada despreciable por lo que a España puede aprovechar esa circunsantacia para la instalación de criaderos abiertos, cerrados y mixtos.

En el país se dispone de extensiones de tierras muy aptas (humedad, pH y temperaturas medias), que podrían ser utilizados para la cría de caracoles terrestres, especialmente el Helix-aspersa.



Características

El caracol de tierra es un molusco que se encuentra en estado silvestre en jardines, campos de vegetación, debajo de las piedras, plantas y también en paredes medianeras de las casas.

Con respecto a su reproducción, hay que decir que el caracol es un hermafrodita insuficiente, es decir que, aunque posee ambos sexos, dos adultos se deben aparear. 

De cada pareja apareada se obtiene un doble desove que ocurre generalmente de dos a cuatro veces por año. 

La cantidad de huevos y sus tamaños dependen de la especie y de las condiciones ambientales. 

Los del género Helix, ponen de 50 a 150 huevos por postura y su diámetro es de aproximadamente 3 mm.



El caracol terrestre se desarrolla bien en temperaturas que van desde los 16 a 25 grados centígrados y con una humedad ambiental del 70 al 90 %, es por esa razón que salen después de llover. 

Básicamente, en condiciones ambientales normales, puede calcularse que cada caracol de la especie Helix-aspersa genera aproximadamente por año un kilo de caracoles en crianza intensiva. 

El peso promedio de un caracol adulto de esa especie llega hasta los 15 gramos.




Producción intensiva

Al recolectarlos en el ambiente natural pueden tener toxinas y es conveniente no consumirlos enseguida. 

Estas se pierden totalmente entre los 30 y 40 días. 


Generalmente son muy sanos pero a veces tienen algunas enfermedades propias de nuestra zona como moco verde y parásitos internos y externos.

Para tener un criadero libre de enfermedades es conveniente separar los huevos rápidamente, a medida que tienen la postura, y llevarlos a un ambiente aislado de los reproductores recolectados de la naturaleza.


Los hay de todos los tamaños y, en consecuencia, es necesaria una selección rigurosa para dejar de reproductores a individuos de buen porte y con capacidad reproductiva eficiente luego de un tiempo de estabulación.

Hay quienes los recolectan de la naturaleza y los colocan en cámaras frías en condiciones de hibernación. 

Luego se los saca y a los 20 días comienzan a copular, el acoplamiento dura entre 10 y 12 horas y comienzan a poner entre los 3 y 10 días siguientes.



Temperatura y humedad

La humedad ambiente debe oscilar entre 75 y 85 % y hay que tener en cuenta que el agua estancada puede ahogarlos. 

La temperatura ideal para la cría es de 15 a 22°C y al bajar a menos de 10°C hiberna, desciende su ritmo cardíaco, no come y no sale del caparazón. 



En más de 25 y hasta 35°C, o cuando desciende la humedad, tiende a estivar, busca descanso y deja de comer. Con 35°C o más en forma prolongada el caracol muere.Para mantener la temperatura y humedad adecuadas, en invierno se usa calefacción húmeda que se consigue con un calentador y olla con flotante en el abastecimiento del agua para que se mantenga llena y genere vapor constante, aunque sin llegar a hervir. 

En verano, en tanto, se utiliza riego con microaspersores que generan microgotas similares a una neblina. 



Luego de un lapso de 5 a 10 minutos, los caracoles se ponen en actividad. 

Durante las horas pico de calor, en ocasiones, funcionan cada 20 minutos. 

Si no se consigue bajar la temperatura con este medio se deberá recurrir a métodos de refrigeración más sofisticados.




Alimentación

En los sistemas intensivos se utilizan alimentos secos, tal el caso de harinas y subproductos de cereales, oleaginosas y forrajeras en diferentes proporciones con algún complemento vitamínico mineral sin sales. 

En la alimentación el calcio es necesario para el caparazón. Puede darse en la comida o a discreción aparte. 


Se usa carbonato de calcio, cáscara de huevo molido muy fino, marmolina y conchilla.

El agua de bebida, por su parte, debe ser muy limpia y renovarse periódicamente.

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